miércoles, 10 de octubre de 2012

¿Bautizo para el hijo, o egoísmo de los padres?

Respeto totalmente la cultura que tiene mi familia. Sin embargo ni en religión, ni en política, ni en la forma de llevar la vida, compartimos puntos de vista. Cuando era menor, digamos unos 15 o 16 años, este fue un gran problema para mí, ya que mis impulsos y poca paciencia me llevaban a refutar cada una de las ideas que se exponían en mi hogar, generando algunas discusiones que por poco terminaron en el quiebre de la familia. Ahora, he aprendido a ser un poco más tolerante (No es el caso de ellos), a callar cuando se dice algo que no me parece y a acatar si se manifiesta alguna actitud que no va acorde con mí pensar. Ese fue el caso de lo sucedido el último fin de semana...

El sábado bautizaban a mi hermana menor, Catalina, de sólo 6 años. Para evitar extenderme tanto en descripciones inútiles para el objetivo específico de esta columna, iré al grano. ¿Cuál es la necesidad de imponer a niños sin conciencia de lo que es la religión a practicar una? En mi caso, si pudiera volver el tiempo atrás, evitaría que se realizara, tanto mi bautizo como mi primera comunión. Aun habiendo realizado este último rito a la edad de 10 años, no tenía la menor idea de lo que realmente significaba. Creo que lo correcto es esperar, a lo menos, hasta que el niño tenga 14 años (edad, según la ley, en que ya se tiene total entendimiento de lo que es el bien y el mal) y recién ahí, darle la libertad de que escoja en cuál religión desea practicar, o si simplemente, desea no profesar ninguna. La religión es algo que no se debe tomar a la ligera, es un estilo de vida y el hecho de optar por una u otra, trae consigo un pesado saco de deberes y responsabilidades que se deben cumplir, para estar a la altura de lo que tu dios espera de ti. Hay que recordar que nuestros deseos y anhelos no son necesariamente los de nuestros hijos y siempre es recomendable escuchar su opinión.

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