jueves, 29 de agosto de 2013

Una nueva Primavera.

La vida da segundas oportunidades. Depende de cada uno saber aprovecharlas. Miedo o reticencia a querer cambiar la monotonía son los elementos que muchas veces te impiden cambiar, porque sí, las oportunidades siempre implican grandes cambios. Siempre te quise, creo que tú también; ¿Por qué nos separamos? Quizás tu inmadurez y mi egoísmo no fueron compatibles en el pasado. Teníamos la química, la pasión estaba, sólo faltaba que dejáramos de ser niños y aceptáramos nuestras diferencias. El tiempo nos alejó y construyó caminos radicalmente distintos en este complejo y muchas veces vilipendiado mundo del amor. Tú, caminaste por el camino de la felicidad, yo, por el de la reflexión y la soledad. Me gusta creer que cada uno forjó voluntariamente su destino, al principio tan distante uno de otro, para que finalmente, tras dos años, volvieran a converger en un punto y, desde ahí, empezar de cero. No ha sido fácil querernos nuevamente, hemos tenido que asumir grandes costos. Nadie que no conozca nuestra realidad y entienda lo que realmente sentimos cuando estamos juntos comprendería el por qué de este nuevo inicio. Hemos tenido que correr, hemos tenido que escondernos, aparentar frente a los demás, pero no me importa. Sé que si salimos airosos de todos estos obstáculos, estaremos preparados para lo que se nos oponga en el futuro. Al fin y al cabo somos sobrevivientes del cambio y los desafíos de las segundas oportunidades.